Acabar un ultra trail: Cuando llegar es vencer

Hablo con un amigo que me comenta que no tiene claro si presentarse a un ultra trail que lleva tiempo queriendo correr. Faltan días para la gran cita y empiezan a asaltarle las dudas. Está físicamente preparado, pero un tobillo que no tiene del todo fino le mantiene en la incertidumbre.

Las eternas preguntas: ¿Lograré aguantar tantos kilómetros? ¿Lograré enfrentarme a todo ese desnivel?

Su caso es particular y debería tener precaución con ese tobillo. Para plantarte en la salida de un ultra trail no sólo tienes que estar muy motivado, sino físicamente al 100%. Sin embargo, pienso en todos aquellos corredores que les gustaría correr una y finalmente no se atreven por miedo a fracasar. Déjame decirte algo, mientras lo intentes, no acabar es una opción igual de digna.

Cuando hace unas semanas me retiré en la última ultra trail que participé, apenas había corrido un tercio de la carrera, ¿pero sabes qué?, después de pegarme una buena ducha, no podía evitar sonreír y pensar en lo bien que lo había hecho para llegar ahí. Lo importante, el gran objetivo, había sido plantarme ese día en la línea de salida después de haber cumplido con cada uno de los entrenos que me había propuesto.

La carrera «objetivo» para muchos será un examen, pero para mi, como ya he dicho en más de una ocasión, no es más que el premio por las semanas o meses de dura preparación.

A día de hoy, y dependiendo de los circulos por los que te muevas, parece que acabar un ultra trail o una maratón es moco de pavo, que cualquiera puede hacerlo. Quizás, para los que estén en la élite de las carreras de montaña el objetivo sea alcanzar el podio, pero para la mayoría de mortales, acabar un ultra trail ya es de por sí un verdadero reto.

Si quieres tener un gran porciento de probabilidades de éxito, vas a tener que prepararte muchísimo. Y ¡sí! ¡claro que puedes intentarlo sin entrenar! pero ahí ya entra lo que cada uno valore su salud.

Repitiéndo lo dicho, fallar es por lo tanto una opción igual de digna. Fallar en lograr tu objetivo de completar la carrera de tus sueños o para los más atrevidos y experimentados, fallar en completarla en determinado tiempo.

Quizás cruzar esa meta lo sea todo para tí, pero en este tipo de carreras pueden surgir mil imprevistos, y si al final, las circunstancias no acompañan, acepta la situación.

Cuando estés en una carrera y algo vaya mal, evalua la situación. No digo que seas débil y no luches por lograr llegar a meta. En un ultra, gran parte de tu trabajo consistirá en luchar y superar los baches del camino, anteponerse a los problemas y buscar soluciones. Algunas veces será cuestión de apretar los dientes, pero otras, para un minuto y pregúntate seriamente: ¿por qué estoy corriendo?

Algunos corredores creen que no acabar una carrera es una mancha en su expediente, una decepción mayúscula, pero lo cierto es que si mientras corres te preguntas eso, ¿por qué estoy corriendo?, y los motivos no coinciden con los necesarios para continuar, no tienes porqué hacerlo, no tienes porqué continuar corriendo. Puede que ese abandono sea precisamente lo que necesites para afrontar el siguiente reto con mayor éxito.

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