Crónica: Trail de l’Arboç 2017

El día después de la carrera tuve que pasar por mi fisio a que me soltaran las piernas, porque no te voy a mentir, lo necesitaba…

Ha sido una semana cargada de entrenos en las que entre otras cosas, he corrido mi centésimo día seguido corriendo (escribí de ello cuando llevaba 42), el sábado cayó un entreno por Vall de Ribes con EspaiTrail y un montón de amigos más, y para rematar, corrí la media maratón de montaña de l’Arboç con una 2ª posición.

El entreno del sábado fue una pasada, en parte porque compartí un montón de horas con dos buenos amigos (Jordi y Javi), y luego porque los 25km y 1500m+ en la Vall de Ribes, fue un buen calentamiento para la que se me viene encima este año.

Prácticamente no he tocado la montaña como aquel que dice y esas subidas me dejaron claro cuál era mi estado de forma… Nulo. ¡Queda mucha montaña que subir!

El sábado, después de ese entreno y una comilona de aúpa, caí rendido en la cama sin ganas de mucho más y con el difícil propósito de levantarme al día siguiente para correr en Arboç. Una carrera de montaña rápida, que se deja correr desde el inicio y sin respiro alguno, precisamente lo peor para unas piernas cansadas como las mías.

Logro levantarme, desayuno y por raro que parezca, me planto en la salida con suficiente tiempo para calentar 20 minutos con toda la calma del mundo. Mientras lo hago, chequeo las piernas y pido por favor que se calienten porque si no va a ser imposible correr.

Estoy motivado y tranquilo porque sé que para mi, hoy, el objetivo es que salga un buen entreno de calidad, 21km exprimiéndome cerca del umbral. Y si eso vale para conseguir un buen tiempo, que así sea.

Sigo calentando y las cosas no van a mejor. Un pequeño tirón que me deja preocupado es lo último que noto antes de irme para meta, pero me digo a mi mismo que me olvide de eso y que no puedo esperar otra cosa después del entreno de ayer.

Me coloco en la línea de salida y a mi alrededor todo son amigos y caras conocidas. Si por algo no podía perderme esta carrera es por esto, bueno, y porque luego hay cerveza y si un día me merezco una es hoy, después de haber exprimido bien las patas.

Echando a correr

Quería haberme mirado el perfil antes de empezar, pero lo recuerdo vagamente del año anterior. Además, algunos de esos caminos los he recorrido en muchos de mis entrenos. Y sobre la estrategia de hoy, para serte sincero, no hay ninguna… y por eso pasa lo que pasa.

Inmerso en mis pensamientos, no recuerdo como se da el pistoletazo de salida, pero lo que si recuerdo es que salgo apretando desde el inicio como si aquello fuera un 5k.

No sé de dónde saco las piernas pero no dejamos de correr por debajo de 3:30 y ritmos similares hasta pasado el tercer kilómetro, cuando dejamos la pista y nos metemos de lleno en los bosques de el Foix.

Sigo corriendo como si no hubiera mañana, liderando a buen ritmo. La respiración la tengo controlada mientras escucho resoplar tanto a Raúl como Jordi, que son dos buenos bicharracos. Me sorprende y pienso que quizás hoy es mi día y me crezco. Decido que voy a seguir tirando y tirando mientras pueda, sin respiro alguno e intentar romper así el grupo de alguna manera. Las piernas siguen muy pesadas pero decido no hacerles ni caso.

Cuando llegamos al cortafuegos del kilómetro 6, uno que obliga a andar y correr a trompicones hasta arriba, decido que es un buen momento para recuperar y la hago entera andando hasta arriba, pero Raúl se las apaña para no parar en absoluto demostrando lo fuerte que está. Jordi y yo nos quedamos escalando aquella pendiente.

Sería la última subida que volviera a andar en toda la carrera, pero suficiente como para perder la posición y el primer puesto.

Si de algo me puedo arrepentir de toda la carrera es de no haber luchado esa subida, porque de haberlo hecho, no me hubiera descolgado del primero y probablemente aún tendría posibilidades de luchar un poco más.

Después de ese corto pero intenso repechón, hay una bajada de 1,5km en la que finalmente pierdo a Jordi, que hasta entonces me pisaba los talones.

Y llega el momento que tanto me gusta en las carreras… el de correr a mi antojo, sin nadie a la vista ni por delante ni por detrás. Supongo que Raúl ya me ha sacado una ventaja considerable para que no lo vea y yo hago lo mismo con Jordi, así que desde el kilómetro 7 hasta casi el final corro totalmente solo.

La carrera es rápida, tan rápida que Raúl la finiquita por debajo de la hora y media y yo un minuto por encima. Intensidad del 99% y muy poco espacio para pensar en otra cosa que no sea, ¡aprieta!, ¡aprieta! y ¡aprieta!

Aunque reconozco que cerca de el final, cuando sé que le saco algo de ventaja al tercero y sin el primero a la vista, me relajo totalmente y corro muy suelto pero sin ir al 100% de mis posibilidades.

Al pasar por el último avituallamiento un voluntario me dice: «¡Vas bien eh cabrón!» y le contesto sonriendo «¡Vaya que sí!», y de verdad que lo voy. Las piernas siguen como troncos, pero el ritmo lo tengo controlado y he logrado disfrutar de toda la carrera.

A lo lejos ya se ve Arboç y se que después de un par de kilómetros de pistas llegaré a meta.

Sigo corriendo sin descanso y atravieso la carretera general que cruza el pueblo. Una calle de subida más, girar a mano izquierda y luego ya es dejarse caer hasta meta dos ciento metros más. Ni me molesto en mirar atrás, pero no me relajo y mantengo el ritmo hasta el final.

En el lateral derecho, poco antes de llegar a meta escucho mi nombre. Ahí están Miqui, Marc y Dani, que han venido a animar sin avisar. ¡Menudo sorpresón! Les choco la mano al pasar.

10 metros para meta y ¡bum! La cruzo en segunda posición sin mirar tan siquiera el crono.

¡Ha pasado todo rapidísimo! Al final está Raúl, que ha entrado primero y nos abrazamos. Ha sido una buena carrera, aunque sólo compartiéramos el primer tercio de carrera juntos. Poco después entra el tercer clasificado al cuál no conozco y en cuarta posición, Jordi, el amigo con el cual nos escapamos en grupo al inicio.

¿Impresiones del domingo? Pues alucinado por como han respondido las piernas pese a los 150km de carga de esta semana y resultado totalmente inesperado. Fui a hacer un «entrenamiento» en el que me pudiera exprimir y al final eso ha valido para acabar en el podio.

Próxima carrera… La Vall de Ribes Xtrem Series por parejas, una carrera de dos días y 70km D+4700m que me servirá de preparación para las largas del verano.

4 comentarios en “Crónica: Trail de l’Arboç 2017”

  1. Lo 1° Felicidades Carlos !!
    También decirte… Que ya he visto fotos y videos del entreno Espai Trail, lo pasasteis en Grande !!
    Hablamos !

    1. ¡Muchas gracias Juan Pedro! Y sí, el entreno de Ribes fue un gran entreno 😉

      ¡A ver si coincidimos pronto!
      Un abrazo

    1. Gracias Diego 😀
      Ya te digo, no era el plan inicial, pero las piernas dieron para un achuchón más… eso sí, ¡esta semana se está notando!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *