A la caza del dragón en la Vallès Drac Race

Cada carrera es única. Por mucho que repitas la misma carrera año tras otro, siempre te aportará experiencias irrepetibles. Por eso y porque a lo largo de nuestra vida como corredores podremos correr una cantidad finita de carreras, hay que saborearlas hasta el final.

Cuando estés en esos últimos kilómetros, en esos en los que las piernas no dan más y lloran por llegar, piensa que no volverás a encontrarte más en ese precisa situación. Aprieta como si no hubiera un mañana, exígete el máximo, o si no te quedará esa espinita clavada para siempre. Llegarás a casa y pensarás: «Podría haber dado más».

Mi compañero de carrera ayer, no podría haber dado mucho más y siento una inmensa envidia por ello. Gracias por dejarme compartir esa experiencia contigo. Días así me recargan las pilas al dos mil porciento y me dan muchas más ganas por colocarme dorsales y dar lo mejor temporada tras temporada.

Ayer, por segundo año consecutivo, volvía a la Vallès Drac Race (crónica 2017), de la que vuelvo a llevarme una grandísima experiencia. Fue una carrera que apareció en mi calendario por casualidad en el 2017 y que creo que será una de las fijas del calendario de ahora en adelante. Recorrido precioso y juguetón, buen ambiente y enorme organización. ¡Gracias Eduard!

Con escasas tres semanas de montaña en las piernas, afrontaba esta «cita» con cierto nerviosísmo pero algo más de confianza que en la anterior carrera. ¿Objetivo? Probarme. Comparar sensaciones respecto a la misma etapa en el 2017 y ver qué tal estoy.

Sin embargo, hubo un factor extra en juego y es que Jordi, un corredor que entreno, iba a estrenarse hoy en esta distancia como parte de su preparación para afrontar carreras más largas este año. Maria Lluisa, otra corredora que entreno, también corría hoy y vaya si corrió… En fin, iba a ser una carrera diferente sí o sí.

A la caza del dragón

Última visita al baño y un americano take away de camino a la salida, como tantas otras veces, presentándonos justos de tiempo en la salida. A mi lado Jordi, al otro lado Lambert, otro corredor con el que coincidí en la última carrera (crónica) y detrás nuestro, Maria Lluisa y Harriet, probablemente las feminas más rápidas de hoy.

No sé muy bien que esperar de mi hoy, tampoco sé como tendré las piernas. Ha sido una semana dura de entrenos y con muy poco descanso y sueño. Ayer lo pasé con algunos grados de fiebre, quizás mi cuerpo reservando para hoy. Pero pese a todo eso, estoy super motivado y con ganas de correr. No es de aquellos días en los que piensas en lo que tienes por delante y te da una pereza inmensa ponerte a correr. No, hoy es de aquellos días en los que tengo hambre de kilómetros.

Mientras charlamos, casi sin darnos cuenta, dan la salida y nos coge medio desprevenidos y ¡zas! ¡Arrancamos a correr!

Los primeros 100 metros son rápidos y luego encontramos un ritmo de 4:45min/km en los primeros dos kilómetros llanos antes de afrontar la primera subida del día.

Jordi y yo vamos corriendo codo con codo y mientras tanto, voy contando los corredores que tenemos por delante para hacerme una idea de la situación del día. La mañana es fresca pero despejada y después de unos pocos minutos pienso en que ha sido un acierto salir sin nada de abrigo.

Mientras corremos vamos charlando de la carrera y de lo que tenemos por delante. Haberla hecho el año anterior da cierta ventaja porque más o menos recuerdo lo que nos espera por delante. Le describo los primeros 24 kilómetros como corredores en comparación a la segunda parte, pero son tan corredores como rompepiernas. Sin pensarlo mucho cogemos ritmos bastante rápidos en las primeras bajadas del día y nos sale una primera mitad con un tiempo parecido al mío del año pasado.

Se iban sucediendo los kilómetros y ya había llegado a la decisión de que compartiría carrera con Jordi. Primero, porque me lo estaba pasando genial y disfrutando como hacía tiempo que no lo hacía. Y segundo, porque me importaba que tuviera una primera buena experiencia en esta distancia y me motivaba la idea de poder echarle un cable si se daba el caso, pese a que él es una buena bestia y quién sabe, si con todo el entreno que llevaba yo esta semana, iba a tener que dejarle a él para que continuara apretando sin mi.

Total, llegamos a Mura, mitad de carrera, bastante enteros y quizás con una primera parte un pelín rápida. Recuerdo salir del avituallamiento y decirle: «Bueno, calentamiento hecho. Ahora empieza la carrera». Después de esos primeros 24 kilómetros y casi dos horas y media.

A partir de ahí teníamos una larga y preciosa ascensión por delante entre árboles para llegar a la llamada «esquena del Drac». Una vez arriba, una parte corredera en su mayoría (con piernas frescas), tocaba hacer unos 8 kilómetros de subes y bajas para posteriormente hacer otros 10km de bajada hasta Terrassa.

La subida de unos 6 o 7 kilómetros pasó francamente rápida y empezamos a coincidir con caminadores y corredores de la carrera «corta» que salía del pueblo de Mura. Aquí es cuando los kilómetros empiezan a pesar de verdad, después de unas 3 horas y media y hay que tirar más de coco que de cabeza. Yo voy algo más fresco que Jordi y voy hablando con él para entretenerle y para motivarlo. Sabemos que vamos entre los 20 primeros, lo cual, de acabar así, lo considería un exitazo como carrera de prueba para él y estreno en esta distancia. Pero le digo que hay que crecerse y recortar tiempo a los corredores de delante, o como mínimo mantener para alcanzar a los que cedan y se desmoronen.

Y con eso en la cabeza llegamos a la cresta y a esa parte juguetona y corrible de la espalda del dragón. La temperatura es increíble y cuando llegamos arriba, con ese día estupendo, se puede ver el Pirineo en el horizonte, justo detrás nuestro, todo nevado.

Un poco más adelante, mientras seguimos luchando por hacer kilómetros, vemos Montserrat a nuestra derecha, muy cerca nuestro y espléndida. Sólo por tener esas vistas merece la pena los casi cuarenta kilómetros que llevamos en las piernas.

Desde principio de carrera bromeamos con las subidas que nos vamos encontrando. Todas son pequeñas «tachuelas». Y vamos contando las que nos quedan para llegar al final. «Sólo una más, ¡va!»

En la última parte del cresteo, tenemos una más, una larga subida por pista y a partir de ahí, a correr cuesta abajo casi hasta llegar a meta. Me avanzo un poco antes de llegar al avituallamiento, cojo agua por los dos y algunas barritas para que pueda seguir sin parar y así perdamos el mínimo tiempo posible.

Cuando finalmente llegamos a la última cima del día, mentalmente parece que el final de hoy está más cerca. Unas cuatro horas en las piernas y todo el desnivel del día… Joder, hoy estoy saboreando esto de correr. Y ver a Jordi currarse la carrera cómo lo está haciendo es una inyección de inspiración brutal.

Empezamos a bajar a todo trapo y aunque en las subidas Jordi va más cascadete y anda con rampas desde hace un rato, en las bajadas se suelta muchísimo más y hacemos kilómetros a muy buen ritmo para la altura de carrera que es.

Recuerdo esta bajada del año pasado y lo fundido que iba aquí, que casi no podía ni bajar. Menuda diferencia de un año a otro. Este 2018 promete.

Total, que llegamos a mitad del último descenso y nos queda la última «tachuela» del día por delante. Jordi va bastante fundida y bromeamos con remolcarle cuesta arriba y en algún que otro tramo me pongo detrás de él y le doy algún que otro empujón hasta que mis piernas se saturan tanto que tengo que ponerme a caminar y recuperar. Jugamos a eso hasta que finalmente superamos esa subida y… ahora sí… sólo queda bajar hasta meta… ¿tres o cuatro kilómetros?

Piernas fundidas pero ánimo a tope. No hace falta nada más para acabar hoy.

Hace un rato que voy pidiendo referencias de los corredores que tenemos delante y nos han chivado posiciones. Los 12 o 13 aproximadamente. Joder, estreno de Jordi a lo grande.

En los últimos 3 o 4 hay un tramo con mucha piedra que el año pasado, con las rampas, lloré por superar. Este tramo se hace más lento, pero no tardamos en superarlo y cuando nos damos cuenta, sin dejar de apretar, nos plantamos en el último kilómetro del final con vistas a meta en el horizonte.

Una pista llana y un ritmo de 4:30 de media en los últimos dos kilómetros, que para estas alturas de carrera es una buena apretada. Jordi hace mucho que va luchando con los calambres y yo, pese a reventado, intento estirar de él y motivarlo para que acabe de apretar esos últimos kilómetros. Pienso en todas esas carreras en las que me he estrujado al máximo e intento que también lo haga. Demasiadas carreras he acabado «cómodo» para darme cuenta de lo poco que llena un final tan descafeinado… La verdadera satisfacción reside en llegar sin una gota más de energía al llegar a meta…

«¡Vamos vamos vamos!»

Hace rato que la gente que pasamos de las otras carreras y la caminada nos animan y joder, eso sube el ánimo a cualquiera.

Finalmente, después de poco más de 5 horas, tenemos la meta a tocar con los dedos. Pisamos el césped de delante de meta, nos damos la mano y cruzamos meta…

Joder. Carrerón.

Satisfacción inmensa por haberlo podido ayudar en su primera maratón, por ver como se ha estrujado hasta el mismísimo final y por mis sensaciones de carrera a lo largo de estas 5 horas y 8 minutos.

12ª y 13ª posición y podio con 3er veterano para él.

Carrera para enmarcar. Y cuando un rato después me entero que Maria Lluisa ha hecho segunda chica por debajo de las 6 horas… ¡Doble subidón! ¡Impresionante!

Vallés Drac Race… ¡Nos vemos en el 2019!

Mil gracias a la organización y sobretodo a Henri y Mavi, ¡que nos hicieron de suporters ayer!

2 comentarios en “A la caza del dragón en la Vallès Drac Race”

  1. Enhorabuena cracks!! Yo iba corriendo a mi bola cuando coincidí con la carrera y con vosotros cuando subíais de Mura. Ibas muy bien y no me extraña el buen resultado que habéis tenido! Yo la hice un par de años cuando se empezó a hacer y es muy guapa.

    1. ¡Gracias Mario!

      La verdad es que es una carrera muy chula, especialmente toda la parte de Mura a Terrassa. ¡¡¡Dime algo si volvemos a coincidir!!! 🙂

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *