10 claves para motivarte a volver a correr y superar el agotamiento físico y mental

Hace unos meses, poco después de un mal resultado en una maratón de montaña y con un desafío tremendo a menos de un mes vista, no me encontraba ni física ni mentalmente apunto. Los entrenos me pesaban y mi confianza, que había sido minada en esa prueba, no conseguía recuperarse.

Por si fuera poco, me notaba más lento y más cansado que nunca y tampoco conseguía relajarme corriendo por correr. Sentía que necesitaba un buen descanso.

Algunas semanas después, todo pasó y como una etapa más, de ella aprendí algunas cosas que quizás te sirvan como ayuda por si algún día estás en la misma situación.

En ocasiones es por culpa de un mal resultado en una carrera que llevas meses preparando, y en otras, quizás sea precisamente por lo contrario. Has completado el objetivo de la temporada y ahora no sabes que más hacer. Sea por lo que sea, necesitas volver a ilusionarte y para ello, lo mejor es desconectar y eliminar de tu vida diaria la rigidez de tu plan de entrenamiento.

Aunque la mayoría de los kilómetros que corro los hago sólo, una de las cosas que más me divierte y más rápido me hace salir de casa, es precisamente correr acompañado. No te lo pienses más y ¡queda con otros corredores! Definitivamente se hace mucho más ameno, sobretodo si al acabar puedes compartir con ellos una cerveza bien fría.

Otra opción para refrescarte mentalmente, es empezar a correr por rutas nuevas. Olvida por completo las zonas que ya conoces y coge el coche si hace falta para descubrir montañas y parajes por los que no has corrido nunca. Si esto lo combinas con lo anterior (lo de correr acompañado), tendrás un combo invencible.

Durante un tiempo estuve corriendo con pulsómetro y también con la aplicación para móvil Strava, marcándome los tiempos de cada kilómetro. Cuando me colapsé, decidí olvidar el pulsómetro en casa y desactivé las notificaciones sonoras del móvil. Volví a correr por sensaciones, y créeme, hay pocas sensaciones similares. Libertad absoluta.

En definitiva, corremos porque disfrutamos y deberíamos tenerlo siempre presente. Así que cuando salgas a correr, olvida los ritmos, descansa cuando te apetezca y contempla el paisaje. Bebe agua y refréscate. Siéntate a tomar aliento y observa todo a tu alrededor. Un minuto o una hora, da lo mismo. Échate una siesta si te apetece, la cuestión es no forzarse tanto y darte algo de goma. Ser más flexible. Romper con lo habitual.

Quizás lo corriente sea correr por la mañana o por la tarde, así que aquí va otra idea, hazlo más a menudo cuando anochezca. Y aunque algo más peligroso, es increíble lo diferente que es trotar por el monte cuando puedes oír más que lo que ves.

Y similar a esto (estamos hablando de romper con la rutina), corre bajo la lluvia. Sigo sin entender el miedo que tienen algunos a mojarse, así que deja de evitarla o ponerla como excusa para no salir a correr. Ponte las zapatillas, cruza la puerta de casa y levanta la vista al cielo. Siente la lluvia caer en tu cara y deja que te empape. Ahora corre más rápido que nunca y pisa todos los charcos que quieras. ¡Disfruta! Felicidades, vuelves a ser un niño.

Otra idea interesante, y que aplicaré aun más, es correr carreras puramente por diversión o orientadas como entreno. Es decir, inscríbete en carreras que te apetezca correr y hazlas al ritmo que te plazca, sin la presión de competir al 100% o quedar en determinada posición o tiempo. Olvida a los otros corredores y el cronómetro.

Y por último, y no menos importante, vuelve a ilusionarte y proponte un nuevo gran reto. Corremos porque podemos y nos encanta, pero tener objetivos en el horizonte nos ayuda a enfocarnos en los entrenos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *