Algún tiempo después de empezar a correr, decidà que querÃa que formara parte de toda mi vida. QuerÃa envejecer corriendo.
No lo sé a ciencia cierta, por supuesto, pero es tan heavy como notaba que me afectaba, que no continuar corriendo el resto de mis años me resultaba un sacrilegio. Me mantenÃa sano y el peso a ralla, me equilibraba mentalmente y sobretodo, me divertÃa.
Cada dÃa desde entonces, hacer algunos kilómetros le dan un plus a cada uno de mis dÃas, e imagino que si estás leyendo esto, te sentirás identificado.
Las primeras semanas fueron duras y el acto de correr en si mismo no me proporcionaba gran satisfacción, pero después de un tiempo empecé a disfrutar con cada uno de los entrenos, y si hoy pudiera reencontrarme con mi yo del pasado, el no-corredor, me encantarÃa contarle todo lo vivido desde que llevo zapatillas.
Pues bien, estas son algunas de las cosas que después de miles de kilómetros devorados me contarÃa a mi mismo:
- Al principio, correr puede resultar especialmente agónico, sobretodo si no realizas ejercicio aeróbico a menudo. Pero si eres fuerte esas primeras semanas, cuando tu cuerpo se acustumbre un poco más a ciertos ritmos y distancias, empezarás a descubrir el verdadero placer de correr. Quizás este sea el motivo por el que tanta gente dice que no le gusta correr. La verdadera satisfacción se encuentra una vez superada esa barrera de entrada de unas pocas semanas.
- La constancia en los entrenos te dará el equilibrio. Si paras algunos dÃas notarás como pierdes la forma. Y después de dos o tres semanas, te costará horrores volver a empezar. Intenta ser regular y no dejes ninguna semana en blanco.
- Los resultados en las carreras son la consecuencia de tus entrenos. No basta con una mentalidad de hierro si no te has preparado lo suficiente. Correr es un deporte bastante justo y que te dará tanto como tú le des.
- No siempre puedes estar al 100%, de hecho sólo lo estarás unas pocas veces al año. Si participas en carreras, que el tiempo no sea el gran objetivo y que sà lo sea dar el máximo posible y disfrutar de la experiencia.
- No te marques objetivos demasiado altos, sino objetivos realistas, que aunque desafiantes, creas que puedas alcanzar. Apuntar demasiado alto muy pronto sólo puede llevarte a la desesperación.
- No corras demasiado rápido o demasiado lejos muy pronto. Sube ritmos y distancias progresivamente a lo largo de las semanas y los meses. El cuerpo es muy sabio y se adaptará a tus exigencias (por brutales que parezcan) si le das el tiempo necesario.
- Aunque se disfrute sólo corriendo, sin un rumbo en mente, marcarte metas en las que trabajar, como competir en determinada prueba te ayudará a ponerte las zapatillas.
- «Somos lo que comemos». Nunca antes esta frase habÃa tenido tanto sentido para mi. La alimentación es básica para cualquier persona, pero especialmente para los corredores. Todo lo que comas te influye de una manera asombrosa en cada uno de tus entrenos, carreras y vida diaria. Cuidate al 100% y haz que la alimentación sea una prioridad.
- Siempre serás tu objetivo a superar y el único corredor con el que compararte. ¿Tú motivación? Lograrlo diariamente. No hay nada malo en fijarse en otros corredores, pero utilizalo como inspiración, no como evaluación personal. Que tu indicador de éxito sea saber que lo has dado todo. No hay nada que produzca mayor satisfacción.
- Sin pretextos y sin excusas. Si realmente quieres, puedes. Qué el clima no sea un problema. Que ni la lluvia, ni el viento, el frÃo o el calor te pare. No tengo tiempo para correr ¡también es una excusa!
- Bonus: Hay dÃas en los que cuesta salir a correr, pero sé que los kilómetros más duros sólo serán los primeros y que para cuando llegue a la ducha estaré más que satisfecho de haber salido. Correr puede convertirse en una de las mejores partes del dÃa.
- Bonus 2: Tus sensaciones o resultados actuales no reflejan al 100% tu estado de forma actual. Nadie está al altura de sus propios ideales, asà que no te tomes demasiado en serio y concéntrate en disfrutar cada vez que salgas a correr
Que Razon tienes Carlos !
Un Abrazote !