No tengo tiempo para correr ¡es sólo una excusa!

Tú y yo. Todos los que nos rodean. Todos tenemos un tiempo limitado. Absolutamente todos tenemos un pequeño reloj de arena con una cantidad finita de arena y de la que desconocemos su cantidad.

Supongo que por ese motivo, con esa pequeña idea creciendo en mi desde hace mucho, no puedo evitar pensar constantemente en cómo debo organizarme, priorizar y sobretodo, enfocarme en lo que más me importa.

Así que desde el día que me dije a mí mismo que me gustaría correr una maratón hasta que finalmente tuve el valor de ponerme a entrenar, pasaron más de cinco años. ¡Cinco años! La excusa siempre había sido el tiempo. Necesitaba comprometerme.

Así que antes de empezar, si estas leyendo esto porque corres poco o nada, porque no sueles correr habitualmente, se sincero contigo mismo y piensa si realmente quieres sacar tiempo para correr. Si realmente quieres salir a correr, la falta de tiempo no es una excusa.

Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes. – Yoda

3 ideas para correr con poco tiempo

  1. Reduce tus desplazamientos.
  2. Corre al principio del día.
  3. Planifica tu semana por adelantado.

Primera idea. El principal reto con el que me he encontrado, sobretodo ahora que estoy doblando entrenos, es cómo reducir al máximo el tiempo de entreno y el tiempo que tardo en vestirme, ducharme y desplazarme al sitio desde el que deseo empezar a correr. Lo primero que me cargué fue precisamente esto último.

La versión corta de este consejo sería: Sal a correr directamente desde la puerta de tu casa (o trabajo). Para los que corremos habitualmente por montaña, con suerte esto sólo supondrá comerse algunos kilómetros más de asfalto.

Algunas mañanas, especialmente cuando sé que doblaré por la tarde o noche, corro siempre por la misma ruta. Una ruta circular que sale desde la puerta de mi casa y a la que me dedico a dar decenas de vueltas. Me la conozco tan bien que podría hacerla con los ojos cerrados.

Definitivamente no es la ruta más motivadora del mundo, pero al tenerla tan «automatizada» soy capaz de saltar de la cama a la calle en menos de 10 minutos. Entre que me despejo y empiezo a ordenar mentalmente lo que me espera para ese día, ya he acabado el entreno y estoy metido en la ducha.

Con las tiradas más largas, más de lo mismo. Si puedo, intento salir siempre desde la puerta de casa y no moverme hasta otros puntos desde los que preferiría salir. La clave es ser flexible y adaptarse al terreno cercano a casa.

Segunda idea. Si corres preparando una prueba específica, lo cual significa que probablemente sigas un plan de entrenamiento variado, la cosa se complica un poco precisamente porque quizás haya algunos entrenos que se alarguen más de la cuenta.

En todo caso, si calculas y crees que puedes colocar un entreno antes de empezar el día, siempre será una gran idea. Cuando lo primero que haces es correr, la excusa de «no tengo tiempo» se evapora totalmente.

Además, salir a correr cuando sabes que gran parte de la humanidad sigue durmiendo, te da una energía enorme. Te sientes un poco más superhombre y te aseguras estar motivado para lo que queda de día.

Obviamente, en verano se hace mucho más agradable correr a esas horas, cuando el ambiente aún está fresco por la noche, pero en invierno se complica un poco más y definitivamente da más pereza salir. El frío, la lluvia y el viento no dejan de ser excusas para no salir a correr. Todos tenemos pereza, sólo que algunos decidimos oponernos a ella.

Abrígate bien y si te ayuda, ponte algo de música para motivarte y empezar el día con fuerza.

Tercera idea. Algo que ayuda muchísimo para calzarse las bambas es tener un plan de entrenamiento. Sin un plan de entrenamiento nunca hubiera sido constante y nunca hubiera descubierto el placer intrínseco de correr.

Da igual si decides correr cada día la misma distancia o tiempo, lo que realmente importa es que tengas muy claro lo que vas a hacer diariamente. ¿Recuerdas cuando un poco más arriba te hablaba de «automatizar» el entreno matutino? Pues exactamente de eso va la cosa.

Cuando tienes muy claro cuándo vas a correr, cuántos kilómetros o tiempo, qué intensidad y por dónde, todo es mucho más fácil. Si no hay toma de decisiones ¡no hay excusas!.

Aunque ahora no logro encontrarlo, recuerdo leer acerca de un maratoniano de élite de los ’80 que entrenaba exactamente igual todas las semanas. Sabía con exactitud que todos los lunes le tocaba una salida de 22km y que todos los jueves iba a hacer series en cuestas. Y aunque entrenar cada semana de la misma forma quizás no es el mejor método para progresar, se las apañó bastante bien para situarse entre la élite de su tiempo.

En todo caso, lo que quiero destacar es que si planificas con anterioridad, encontrar tiempo para salir a correr se hace mucho más fácil.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *