Cómo lograr grandes objetivos: Mejora continua y ganancias marginales

Todos aquellos que se proponen mejorar su rendimiento, quieren lograrlo en el menor tiempo posible. ¿Para qué ibamos a querer malgastar nuestro tiempo?

Es por eso que cuando queremos lograr grandes objetivos, creemos también que debemos realizar grandes cambios.

Pero ¿y si te dijera que en realidad ese no es el mejor camino? No debes hacer esfuerzos titánicos cada día. Hay una manera más inteligente, y quizás aburrida, de lograrlos. Te estoy hablando claro del principio de la mejora continua y las ganancias marginales.

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¿En qué consiste el principio de la mejora continua?

La mejora continua es la dedicación a realizar pequeños cambios y mejoras en nuestro día a día, con la expectativa de que esas pequeñas mejoras se sumen hasta lograr un cambio significativo.

Algunos corredores tienen la idea de lograr un gran resultado a X semanas vista, con la esperanza de que haciendo un esfuerzo muy grande, con mucho sacrificio, podrán alcanzarlo en el mínimo tiempo posible.

A veces, esa clase de deportistas, acaban consiguiendo lo que se proponen, pero muchos se quedan por el camino.

Esta clase de deportistas, con un enfoque equivocado (muy centrado en el corto plazo), logran en poco más de una temporada dar un salto cualitativo brutal, pero a expensas de quemarse, frustrarse o acabar fallando. Además de las secuelas que le pueda ocasionar una temporada muy muy intensa de entrenamientos y competiciones, que les lleve a una segunda o tercera temporada plagada de lesiones, desmotivación y sobreentrenamiento.

En lugar de eso, sería mucho más optimo centrarnos en la mejora constante que a menudo consiste en gradualmente mejorar con ligeros ajustes en nuestros hábitos diarios, comportamientos y sobretodo, forma de entrenar.

Es por eso, que cuando un corredor empieza a entrenar con entrenador, debería haber una etapa de transición en la que vamos adaptando y ajustando entrenamientos, de tal forma que no sea todo totalmente nuevo, si no que de una manera progresiva, lleguemos a una forma totalmente diferente de entrenar si es lo que se busca.

El gran contra de la mejora continua o la parte menos atractiva, es que a menudo consiste en volver a las raíces del entrenamiento (aquello que está altamente comprobado que funciona) y que a menudo puede resultar aburrido.

La realidad es que todos alabamos la idea de ese deportista que logra una gesta impresionante de la noche a la mañana, pero ese éxito es siempre fruto de una suma infinita de pequeñas acciones que lo mejoran poco a poco.

La mejora continua es la clave para alcanzar tu máximo potencial como corredor.

Cómo funciona la mejora continua

Los seres humanos estamos diseñados para ser estimulados por beneficios rápido y a corto plazo. Es en cierta manera parte de nuestra naturaleza, es por eso que a menudo nos convencemos de que un cambio es sólo relevante si hay un gran resultado visible detrás.

Es verdad que al principio no hay una gran diferencia entre mejorar algo muy pequeño de manera individual, pero cuando de manera sistemática tomas buenas decisiones en tu vida y entrenamientos, es decir, haces aquello que te acerca a una mejora diaria, aunque sea diminuta, en cuestión de muy pocas semanas la diferencia entre continuar haciendo lo que estabas haciendo y esa mejora continua, puede ser abismal. Ya no te digo si esto lo prolongas meses o años.

Cuando se habla de este tema se suele comentar la historia de director de rendimiento del equipo ciclista de Gran Bretaña, Dave Brailsford, que en 2003 aplicó el principio de la mejora continua y las ganancias marginales para mejorar sus resultados.

Hasta el 2003, el equipo británico había ganado sólo una medalla de oro en las Olimpiadas desde 1908 y ningún británico había ganado El Tour en 110 años. Pero Dave Brailsford cambió esto para siempre.

Él y su equipo empezaron a hacer pequeños ajustes. Para empezar, redefinieron los entrenamientos y su recuperación. Fueron mucho más analíticos con aquellos que les funcionaba y poco a poco fueron introduciendo cambios en la forma de entrenar.

Además del entrenamiento, realizaron también cambios pequeños pero sustanciales. Rediseñaron los sillines para hacerlos más cómodos, mejoraron el grip de los neumáticos, utilizaron sensores de temperatura por todo el cuerpo para controlar y mejorar la temperatura de los principales músculos. Hicieron diversas pruebas de aerodinámicas en el túnel del viento y mejoraron su ropa.

Y fueron aún más allá.

Probaron muchos tipos de geles de masaje para comprobar cuales ofrecían mejor recuperación, mejoraron la higiene de todo el equipo para reducir los días de baja por enfermedad y mejoraron la calidad de su sueño con mejores colchones y almohadas.

Después de decenas de ajustes y pequeñas mejoras en todos los aspectos posibles (entrenamiento, descanso y material), los buenos resultados no tardaron en aparecer.

Desde entonces, el equipo británico dominó las Olimpiadas y establecieron 9 récords olímpicos y 7 récords del mundo. Bradley Wiggins fue el primer ciclista británico en ganar el Tour de Francia, y luego llegó Chris Froom con otras múltiples victorias.

Desde entonces, los ciclistas británicos han acumulado más de 200 victorias.

¿Cómo sucedió? ¿Cómo puede ser que atletas de élite con resultados mediocres lograran transformarse en campeones mundiales con cambios, al parecer, modestos?

La acumulación de ganancias marginales

Es muy fácil sobrevalorar la importancia de un sólo hecho, acción o cambio, y muy fácil también infravalorar el valor de realizar pequeñas mejoras de manera diaria.

A menudo nos convencemos de que para lograr un gran resultado necesitamos una gran acción. Esto lo podemos aplicar no sólo al entrenamiento, sino a la perdida de peso, nuestro trabajo o cualquier otro objetivo.

Nos ponemos presión a nosotros mismos para lograr ese GRAN cambio cuando en realidad, con pequeñas victorias de manera constante podemos llegar mucho más lejos.

A muchos les gusta hablar acerca del éxito como un evento único, pero la realidad es que los cambios o logros más significativos son una suma de muchos momentos, decisiones, y acciones que te acercaron un 1% más a tu objetivo o te alejaron un 1% de él.

La suma de todas esas pequeñas ganancias, de esos 1% diarios, es la diferencia entre la versión que eres ahora (o incluso peor) y tu máximo potencial.

Cómo mejorar de manera continua

Te voy a dar algunos consejos para ponerte manos a la obra y empezar a centrarte en esa mejora continua y en conseguir mayores ganancias marginales.

Paso 1: Haz más de aquello que te funciona

Muchas veces perdemos el tiempo buscando nuevas manera de entrenar, nuevos tipos de entrenamiento (a menudo complejos) y estrategias radicales que para lograr lo que nos proponemos lo antes posible.

¿Y si la mejor opción fuera hacer mejor lo que ya haces o ya te funciona?

En la sociedad actual tenemos exceso de información y podemos encontrar nuevas formas de entrenar hasta debajo de las piernas. Entrenamientos milagrosos, técnicas alucinantes que hace Fulanito o Menganito.

¿Pero sabes qué?

Es importante dejar de escuchar todo ese ruido y centrarse en aquella forma de entrenar que te ha dado resultados a TI, en aquellos entrenamientos que más te han aportado.

Si no los sabes, o no los conoces, es tarea tuya o de tu entrenador dar con ellos, pero al hacerlo, no necesariamente significa hacer cambios abismales (si ya eres un corredor en activo), sólo escuchar, comentar y analizar cuales consiguen dar más de ti.

Por esta razón no tengo ningún problema en compartir mis entrenamientos por Strava. Justamente creo lo contrario, que al compartir la información, o la manera de entrenar, me estoy haciendo mejor corredor. No hay ningún secreto ni santo grial. No hay nada que esconder. Sólo trabajo duro y constancia.

Hacer más y mejor aquello que ya te funciona, es seguramente la vía más rápida y menos estresante para la mejora constante, pero también es la opción más aburrida ¿no?

Paso 2: Reduce la perdidas o aquello que te lastra

Muchas veces, la mejora no va de hacer más cosas bien o mejor, sino también de hacer menos cosas mal.

El concepto es sencillo: Centrarse en hacer menos de aquello que no nos funciona. Eliminar errores, reducir la complejidad de los entrenos, reducir todo lo no esencial.

Si logras una buena combinación de pequeñas mejoras y reduces pequeños errores, es muy probable que logres cambios significativos mucho más pronto.

Piensa en todo aquello que impide que puedas hacerlo mejor, aquello que boicotea tu mejora. ¿Es tu dieta o tu peso? ¿Son entrenamientos demasiado intensos? Quizás haciendo menos lograrías más. ¿Es tu fuerza mental? ¿Algo de tu material o nutrición en carrera? ¿Algo relacionado con la recuperación como más horas de sueño? ¿Demasiadas competiciones?

Paso 3: Mide y analiza todo a posteriori

Cuando queremos realizar un cambio significativo siempre pensamos en futuro y nos ponemos objetivos a lograr. También nos ponemos pequeñas metas para medir el progreso, como test de campo o tiempos en determinada competición antes de llegar a otra competición importante.

Pero lo que sucede, es que en cierta medida estamos simplemente tratando de predecir el futuro.

Hay una manera diferente de enfocar esto y mucho más útil: Analizar y medir lo sucedido, no lo que sucederá.

Al analizar y medir tu progreso o resultados hacia atrás, tus decisiones estarán basadas en datos objetivos, y no en lo que quieres que pase.

El claro ejemplo de esto, es cuando un corredor de maratón se dice a si mismo…» Quiero hacer X tiempo en la maratón.»

Y yo siempre pienso: «Entrenarás mejor posible y las semanas te irán diciendo a qué ritmo serás capaz de llegar».

Lo que le acaba sucediendo a muchos es que el corredor X prepara la maratón con la idea de hacer un determinado tiempo, e independientemente de si sus entrenamientos han surtido efecto o no, corre la maratón al ritmo que se marcó como objetivo.

¿Qué sucede? Que el objetivo quizás no era realista y acaban estampándose con el muro en el gran % de ocasiones.

Hay también el lado opuesto, y es que al tener expectativas de futuro de un objetivo o tiempo, puede que te estés limitando, y sinceramente, no hay nada más insatisfactorio que acabar una carrera sabiendo que lo podrías haber hecho mucho mejor.

La regla es sencilla: Mide tus ritmos, tiempos, resultados anteriores y simplemente intenta mejorarlos un poco para la siguiente semana o bloque de entrenamiento.

1 comentario en “Cómo lograr grandes objetivos: Mejora continua y ganancias marginales”

  1. Excelente post, Carlos. Me hace tanto sentido con el entrenamiento que hemos estado llevando en conjunto. Creo que siempre estamos tratando de mejorar muy rápido. Una de las cosas buenas de esta pandemia es habernos relajado en cuanto a competencias y darnos un tiempo de entrenamiento de calidad.
    Muchas gracias (por el post y por se mi entrenador)
    😀

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