Cuando empecé a correr, lo hice como todo hijo de vecino, con los primeros pantalones que tenía por casa, con unas Adidas de 25€ que me duraron lo que no está escrito y con el móvil los días que me daba por utilizar Runkeeper (ahora utilizo Strava).
Saber cuántos kilómetros hacía me estresaba bastante así que muchas veces salía «a pelo». Corría por el paseo marítimo, o antes o después de trabajar, por las calles de Barcelona (Diagonal, Parc de la Ciutadella, Barceloneta).
Aún así, con esa salidas tan esporádicas, realmente no podía considerarme un corredor.
Para mi, un corredor, y sin desmerecer al resto, es aquel que corre a menudo y ha encontrado el placer en ello. Todos aquellos que como yo en ese instante, salen un día cada dos semanas o corren algún día antes de ir al gym para «mantenerse en forma», que me disculpen, pero aún son proyectos de corredor.
Ya lo he dicho en muchas ocasiones, hay algo en el correr que solo aquellos que lo hacemos a menudo entendemos y que sólo te lo proporciona cuando has hecho del correr algo vital.
Por qué seguir un plan de entrenamiento
Pues bien, hay gente que se las ha apañado para correr sin ton ni son, cuando le apetecía y cuanto le apetecía, de forma más o menos regular y durante mucho tiempo.
Aunque muchos de ellos se estancan en su progreso (cosa que veo totalmente aceptable, lo que proporciona correr no entiende de ritmos y tiempos), han sabido encontrar la inspiración en el placer intrínseco de correr.
Sin embargo, para la mayoría de mortales, la motivación de ponerse unas zapatillas en parte recae en poder superarse día a día y para ello no hay mejor prueba que participar en una carrera. Compitiendo es donde supuestamente debería verse reflejado nuestra progresión y el seguir un plan de entrenamiento es una forma segura de llegar a esa prueba en las mejores condiciones.
Para muchos, seguir un plan nos ayuda a: Uno. Mantener una regularidad. Dos. Tener un foco. Entrenar con un propósito en mente (mejorar). Tres. Tener la certeza de que si seguimos el plan, conseguiremos nuestros objetivos.
En definitiva, tener y seguir un plan de entrenamiento te permite olvidarte de todo lo demás, y simplemente salir a correr y disfrutar.
5 grandes errores al seguir un plan de entrenamiento
A continuación te voy a dejar algunos errores que yo y cualquier hijo de vecino está cometiendo o ha cometido al seguir un plan de entrenamiento:
1. No seguir un plan de entrenamiento adecuado
El primero de todos y más importante: Asegúrate de que tu plan te lleva al objetivo que quieres lograr o prepararte y sobretodo, evita seguir planes de entrenos que no estén personalizados para ti.
La figura del entrenador es clave para cualquier corredor, sea aficionado o no. Un entrenador podrá ajustar todo al milímetro y, esta palabra me encanta, OPTIMIZAR tus entrenos para no pasarte entrenando, o bien, apretándote las tuercas hasta el límite para que saques lo mejor de ti.
2. No escuchar a tu cuerpo y seguir con el plan pase lo que pase
Con el paso de los kilómetros uno empieza a descubrir su cuerpo, aprende a escucharlo y a entender lo que dice. Al final acabas por diferenciar lo que es cansancio habitual de molestias más serias y si hoy necesitas apretar más o menos.
El fin de un plan de entrenamiento es producir adaptaciones en tu cuerpo, pero todo el mundo tiene tiempos de recuparación diferentes y también influyen mucho otras condiciones como lo que has comido, cuántas horas has dormido (y si lo has hecho bien), el estrés del día a día, cuántas horas ha pasado desde tú último entreno, etc.
Escucha a tu cuerpo y si ves que hoy no puedes dar lo que te indica el plan, ya sea por intensidad o duración/kilómetros, se flexible y date un respiro.
3. No respetar los días de descanso o recuperación
Muy en sintonía con lo que he dicho arriba, sí un dia toca descansar, descansa. Tu entrenamiento para ese día es DESCANSAR y cuánto mejor lo hagas mejor te irá la próxima semana.
Si el entrenamiento del día es un rodaje de recuperación de 30 minutos muy muy suave. Que sea muy muy muy suave y de 30 minutos, no de 31. No hay mejor filosofía que la de respetar los entrenos: Si hoy toca descanso, descansa. Eso sí, cuando toque dar el 100%, da el máximo, no vale dar el 99%.
4. Acumular entrenos. Entreno pasado, entreno perdido.
Si vas por libre, sigue la regla de: Entreno pasado, entreno perdido. Y si tienes entrenador, díselo y adaptará el plan para realizar ese entreno en otro momento de la mejor manera posible.
Siguiendo un plan de entreno genérico, cosa que no recomiendo, lo más seguro es pasar de ese entreno que no has realizado. Olvídate de sustituirlo por el de otro día o pero aún, acumularlo para hacerlo todo de una sentada (o correr mañana y tarde).
5. No respetar las intensidades adecuadas o correr siempre al máximo
Hace un tiempo hablé de la importancia que tiene para mi hacer kilómetros a intensidades suaves, pero más importante que eso, es correr a las intensidades adecuadas.
Deja lo de correr al máximo para los días de carrera y para los entrenos que lo exijan, pero por favor, deja de competir contra ti mismo o con los compañeros cada vez que sales a correr y simplemente respeta las intensidades.