Corriendo el Campeonato del Mundo de Skyrunning: BUFF Epic Trail 2016

Paso por el penúltimo avituallamiento de carrera (km33)
Paso por el penúltimo avituallamiento de carrera (km33)

Hay pocas carreras que dejen indiferentes y la Buff Epic Trail, siendo este año campeonato del mundo, no iba a ser una excepción.

Si por una parte, el recorrido aseguraba unas vistas brutales y disfrute a lo bestia (42km +3200m), por otra, la competición iba a ser feroz. Lo mejorcito del mundo del skyrunning iba ester este fin de semana en la Vall de Boí.

Antes de empezar, tenía algunas dudas, pero esperaba disfrutar a lo grande…

Escrito poco antes de empezar la carrera

Son las 6:41 de la mañana y Angel, Dani y yo llevamos ya media hora en el bus junto el resto de corredores. Nos queda una hora mas de viaje hasta la salida en Espot, y nuestra misión de hoy es volver al sitio dónde hemos cogido el bus, Barruera.

Venimos bromeando parte del camino con la carrera,  sobre quién de los tres quedará primero, y nos repartimos tostadas con Nutella recién untada ante la mirada de los otros corredores. Ya tengo ganas de estar en la salida.

Lo cierto es que los últimos días no estaba muy convencido de venir o de poder hacer un buen papel.  No me digas porqué pero mi confianza no era muy alta,  algo que suele pasarme cuando entre carrera y carrera, bajo el ritmo de entrenos y me dedico a mantener en lugar de entrenar duro.

Imagino que mi mente no concibe la idea de obtener buenos resultados si las últimas semanas no he entrenado hasta el agotamiento… ¡Pero nada más lejos de la realidad! Ya han pasado unos buenos meses desde que empezó el año y llevo mucho acumulado en las piernas.  Es ahora, y hasta que finalmente mi cuerpo diga basta y ponga final a la temporada, cuando debería estar en mi mejor forma y poder dar, no el 100%, sino el 200%.

Las últimas dos semanas ha habido algo de descontrol en mi vida y he ganado algo de peso y eso me tiene preocupado, porque más peso es más carga y más esfuerzo.

También me preocupan los calambres de las últimas carreras, así que hoy, uno de los objetivos es que la asignatura «Nutrición e hidratación» pueda cerrarla con un 10. La asignatura de «Gestión de ritmos» también debería cerrarla con buena nota.

Hay algo que me alegra enormemente y da un rayo de esperanza a todo esto.  Tanto ésta, como la ultra de Val d’Aran de aquí a dos semanas, tiene subidas muy duras y cada vez me noto más fuerte en estas. Hace tiempo soñaba con mirar arriba, ver una subida del copón y sonreír de felicidad.  Ahora siento que casi estoy alcanzando ese estado zen y me vengo arriba cuanto más complicada sea.

¿Qué pido para hoy?

Pido olvidarme de que estoy en una competición y no centrarme en la dinámica de la carrera y sus posiciones hasta el último tercio de la carrera. De verdad quiero disfrutar de la experiencia y en eso me centraré los dos primeros tercios, mantener, cuidar la maquinaria y engrasarla constantemente con agua, isotónico y algo de fruta.

Los paisajes de Aigüestortes, por donde vamos a pasar, merecen ese respeto. Tengo, tenemos, la oportunidad de correr por aquí y sería un sacrilegio no disfrutar de correr por aquí.  Levantar la cabeza y mirar a mi alrededor.  Maravillarme con lo que veo. Quién sabe si tendré la oportunidad de volver a correr por aquí.

Una vez haya corrido esos dos tercios de carrera, en el avituallamiento del km 25, o un poco después al coronar la ultima subida, cambiaré el chip para dar, ahora sí, el ultimo apretón de fuerza y espíritu. Estos últimos kilómetros de agónica competición contrarrestarán los primeros, de disfrute y contemplación.

Es en esos últimos kilómetros cuando me doy la oportunidad de ser menos estratégico y más bruto, y acabar de soltar esa bestia interior que todos tenemos pero que no siempre utilizamos en el momento más propicio.

Cada carrera es única y cada carrera se convierte en una experiencia inolvidable.  Córrela con la ilusión y el respeto de tu primer carrera, y disfrútala y da lo máximo como si fuera la ultima que pudieras correr.

Rastro de corredores en la primera subida de la carrera (foto por Jordi Saragossa)

Escrito después de dos días

Acabo de leer lo que escribí mientras íbamos en el autobús camino a la salida, y acabo de darme cuenta de que cumplí con casi todo lo que me propuse, pero mi experiencia de la carrera me supo a poco y sin duda, lo mejor del fin de semana, fue las horas en buena compañía y ver como dos de mis compañeros de equipo acababan con nota y con tiempos inferiores a los previstos.

Al acabar la carrera, llegué agotado a meta, pero no llegué vacío. Podría describir la carrera con todo detalle, como hago la mayoría de veces, pero la verdad es que no la disfruté y no puedo hacer nada para remediarlo.

El recorrido era espectacular y el nivel de competición era de lo mejor del mundo, por eso era el Campeonato del Mundo, pero creo que el no haberme preparado a conciencia para un evento así o darle más importancia a la ultra de aquí a dos semanas y tener esta como objetivo secundario, hacen que los kilómetros que corrí, fueran totalmente en piloto automático y con muy poco en mente.

Calentamos bien y cuando dió el pistoletazo de salida, cometí el primer error del día, que fue colocarme demasiado detrás en la salida, en lugar de dónde debería estar. Si me veía capaz de estar en el top100 debería haberme puesto más adelante de buen inicio.

Los primeros kilómetros pasaron volando y cuando me di cuenta ya habíamos finiquitado el primer tercio de carrera. Nada que objetar hasta aquí, salvo lo de la salida. Brutal la coronación de la primera subida, con el helicóptero volando por encima de nosotros y la bajada posterior, resbalando y culeteando varias veces.

En el segundo tercio de carrera, es donde quizás cometí el mayor error, y es que me dormí en los laureles. Continué en modo ultra, a ritmos bastante cómodos y por culpa de un pequeño amago de rampa en el aductor, moderando más de lo que debería.

Para mi sorpresa, llegué al Coll de Rus, la última coronación de la carrera, pensando que era la penúltima subida, y cuando quise apretar, ya sólo quedaba una última bajada 12 kilómetros hasta meta.

Toda la bajada salió a buen ritmo y corrí lo que pude correr, pese a tener que parar algunos segundo a estirar aductores. Mirando tiempos y comparando, me salió un último tramo de top25 aprox, pero me carcome no haber apretado un pelín más en la parte media de la carrera.

Cuando crucé la meta, llegué reventado, pero sin una satisfacción mayor a la que proporciona haber acabado una tirada larga. Me pasó todo extremadamente rápido.

Últimamente estoy acostumbrado a sufrir mucho más en carrera y quizás buscaba volver a sentir eso. Sentir que he llegado a meta con combustible me revienta por dentro, sobretodo en una carrera de este calibre.

Hay días que cuento lo bien que me ha ido o lo mucho que he disfrutado, pero los días que no lo hago tanto, me veo también en la obligación de compartirlo.

En fin, todo nos son puntos negativos. Acabar así me da la seguridad de que llevo una buen entreno para la próxima carrera y los errores fueron más una cuestión de estrategia que de entreno.

Además, una 70ª posición en el campeonato del mundo de Skyrunning no está tan mal ¿no? Continuaré trabajando y lo más importante, ¡disfrutando!

No lo digo suficientes veces, pero muchísimas gracias a todos los que estáis ahí cada día, semana tras semana, ayudándome directa o indirectamente. Cualquiera que corra y le guste competir debería tener ayuda como la vuestra.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *