Crónica: Els Bastions 2019

La subida al Puigmal es mágica y poco antes de llegar a la cima empieza a dislumbrarse luz por detrás de las montañas. Es una escena preciosa, de esas que te dirían que hay que ver una vez en la vida. Paro la música que llevo puesta y disfruto de esas vistas. Con pasos lentos pero seguros disfruto de la tranquilidad de esa subida.

La bajada a hasta Núria se hace rápida y aparezco por allí en una escena que nunca antes había vivido. Acostumbrado a un Núría abarrotado de gente, de repente tengo la oportunidad de disfrutar de un espacio así en silencio. Llego a mitad de carrera en 7 horas y con muy buenas sensaciones. Aún quedan unas horas para que empiece la carrera de verdad y aprovecho para cargar bien y asegurarme que llego con fuerzas a la parte final.

Salgo de allí volando y con ganas de completar esa segunda parte de la olla. La subida va cayendo poco a poco y ya empiezo a controlar los tiempos con los corredores que tengo detrás. Por suerte, estas largas subidas hacen que pueda ver con claridad que distancia les llevo y poder ir gestionando.

Una vez arriba, me pongo los grampones en las primeras partes con nieve helado y hielo. Después de un rato así no puedo evitar pensar en aquellos que vayan justos de fuerza en este tramo o no tengan experiencia en estas condiciones.

Cuando llego a la subida que da al Noufonts, hay un tramo que da al norte, no muy largo pero muy expuesto. Mientras avanzo no lo veo muy claro y los compañeros que vienen por detrás me ven en la tesitura.

Ni grampones ni bastones clavan o agarran bien y la caida puede ser de las bestias.

Paramos poco antes de subir y empezamos a hablar de la situación y de que quizás es algo arriesgado, no sólo para nosotros que quizás ya estamos algo más curtidos, si no para los que puedan venir detrás si eso no deshiela.

Tomamos la decisión de que no nos la queremos jugar y de que lo justo es darnos la vuelta los cinco y avisar a la organización para que estén al tanto. Después de un buen rato allí parados intentando coger cobertura, decidimos ponernos en marcha y empezamos a bajar mientras vamos avisando a otros corredores de que quizás cuando pasen la cosa estará delicada, pero por suerte el sol pega fuerte y deja la zona practicable.

El día acabó compartiendo bajada con Vicente, otro de los del grupo de cabeza, corriendo hasta Queralbs y compartiendo nuestras batallitas.

Me voy de @elsbastions con un sabor amargo por lo que pudo ser pero no fue, pero con la felicidad de disfrutar de un día así y de haber entrenado como toca para una carrera así.

Ahora, de nuevo con la vista en disfrutar de lo que más gusta y en otro dorsal que vuelva a darme vidilla muy pronto.

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