Hoy debería estar corriendo la TDS, una de las pruebas del Ultra Trail del Montblanc. 120km por delante y algo más de 7.000 metros de desnivel positivo. Era una de las carreras que más ilusión me hacía de esta temporada, pero aquí estoy, escribiendo esto mientras centenares de corredores están ahora mismo corriendo por los Alpes.
Los Alpes seguirán ahí el año que viene. Y también la TDS.
¿Por qué no estoy allí? ¿Qué ha ocurrido para que me salte una de las carreras a la que más ganas le tenía?
No quiero entrar en demasiados detalles, pero a mediados de Julio tuve un bursitis en la cadera y desde entonces, por una cosa o por otra, he tenido muy malas sensaciones corriendo. He aprovechado para desconectar y darme más flexibilidad. No he desconectado de la montaña, porque como dijo no hace mucho un amigo, a la montaña veninmos a desconectar y es aquello que más paz me aporta.
Hoy salía a correr después de dos días off (raro en mí) y después de una hora sudando me he dado cuenta de lo feliz que era, y de lo afortunado… ¡qué digo! ¡de lo afortunados que somos todos por poder movernos así y disfrutar de semejante naturaleza! Y cuando he ido a revisar Instagram me he dado cuenta de que HOY era el día que tenía que estar corriendo esa carrera. Y por un momento, aunque hubiera sido un verdadero espectáculo estar en Chamonix, sólo puedo decir que soy feliz de tomar esa decisión.
¿Cuándo renunciar a una carrera?
Cuando nos planteamos el calendario a principio de temporada, especialmente si es amplio, es inevitable que haya cambios por el camino, y que si tenemos la sangre fría, decidamos cambiar algunos planes.
Es díficil saber cómo nos encontraremos o si estaremos del todo preparados para aquellos objetivos que nos ponemos a un año vista.
La decisión la tomé con algunos días de antelación, pero aún así con el suficiente tiempo para permitir a mi cuerpo asimilar si de verdad quería o no presentarme en una línea de salida cuando estaba lejos del 100% de mi físico y mental.
Ha sido un gran año hasta la fecha y creo que decisiones como estas, aunque duras, son más que necesarias.
¿Cuántas veces has corrido «con molestias» o lesionado? ¿Cuántas veces has corrido una carrera sin la preparación necesaria?
Hay que ganar consciencia y saber qué esperamos de determinada carrera (cómo nos sentimos y cómo de preparados estamos) y de lo que esperamos de nosotros los años venideros. ¿De verdad vale la pena fastidiarte por participar en una carrera?
Algunas veces quizás puedas correr pero sin exigirte demasiado, pero otras más vale ni siquiera presentarse si sabes que hay posibilidad de que no la acabes.
Dejar de correr ahora para poder correr durante mucho más tiempo.
Dejar de correr ahora para poder disfrutar de correr durante muchas más carreras.
Dicho todo esto, no te sientas mal, hay cientos de carreras y esa en concreto, bueno, quizás la puedas correr el año que viene.
Saber tomar una decisión así no es una locura, sino una sabia decisión.