Si quieres mejorar, ¡no compares!

Hay una frase que dice que las comparaciones son odiosas… y ¡qué razón tiene!

Sobretodo cuando hablamos de algo tan simple como comparar tus entrenos, un error que es extremadamente habitual entre corredores.

Día sí y día también surge la necesidad de comparar nuestros tiempos en entrenos que no tienen relevancia alguna. No tienes en cuenta ni las condiciones, ni tu estado físico, ni la carga de entrenos de los días anteriores, ni si ese día te encuentras bien…

Si tienes que comparar, que sea con unas condiciones similares y específicas, o qué digo, si tienes que comparar, házlo ¡el día de competición! Ahí si tiene sentido comparar, cuando te dejas la piel.

De nada sirve llegar a casa y comparar un entreno que hiciste con el de hace unas semanas, para bien o para mal… Es un error. Memorízalo.

Y hablando de comparar, tampoco lo hagas con tus compañeros o otros corredores, si no es con el fin de motivarte e inspirarte.

Olvida las comparaciones, son odiosas y no deberían tener cabida en esto del correr.

En lo único que debes fijarte es en ti y en el ahora. Nada más importa. Ni resultados pasados, ni ritmos pasados, ni los otros corredores y sus ritmos…

Evalua y da aquello que puedas dar dadas tus condiciones actuales. Todo lo demás sobra.