Entrenar por la mañana, al mediodía, por la tarde o de noche. Entrenar con frío, calor, lluvia, viento o nieve. Después o antes de ir a trabajar o estudiar.
Probablemente has llegado aquí sintiendo curiosidad por saber cuándo deberías salir a correr, pero lo cierto es que cualquier momento es igual de bueno, sólo tiene que encajar en tu horario (puede que este post te ayude).
Hemos escuchado en mil y una ocasiones que una hora es mejor que otra y por múltiples razones que no me voy a molestar en comentar, porque ¿sabes qué? Al final lo único que cuenta es tu compromiso y motivación.
Todos pasamos por días en los que estando en casa, cómodos, ajenos a las inclemencias del tiempo, nos decimos a nosotros mismos «ya saldré mañana», porque en ese momento llueve, o «ya saldré luego», porque ahora hace mucha calor, pero son sólo excusas y si realmente quieres correr, simplemente ¡sal y corre! ¿qué haces leyendo esto?
La próxima vez que te de pereza salir de casa porque estás muy cansado, tienes sueño, hace frío o demasiada calor, piensa que entrenar en condiciones poco «favorables» también forma parte del entreno.
Deja de buscar las condiciones idóneas porque el mejor momento del día para correr es AHORA.