Los finales siempre duelen

fuerza-mentalDa igual qué carrera sea porque al final siempre acaba ocurriendo lo mismo. Aunque disfrutes gran parte de ella, el tiempo acaba por no pasar.

Y las piernas te pesan y notas como se te hinchan los pies. Te lamentas y juras en voz baja, tuerces los labios, aprietas los dientes, y aún así, cuando vuelves a mirar el reloj, no ha pasado mucho más que la última vez que lo miraste.

Y lo único que quieres es que todo acabe para poder irte a casa. Pegarte una merecida ducha y una birra bien fría. Quizás comer algo. Pero aguantas, porque como mínimo aún queda un rato más. Te engañas y te dices «sólo unos pocos pasos más».

Lo peor de todo esto es que no puedes decir que no supieras que esto iba a ser así. Ya has corrido demasiadas carreras como para olvidarte de que esta parte nunca cambia, de que los finales siempre duelen.

Y leyendo esto uno quizás se pregunte: ¿Es más importante la cabeza o las piernas?

Pues a partes iguales, amigo mío. Para ganar cualquier batalla hace falta un general y un soldado. El general es la inteligencía, la estrategia, la determinación y el aguante. El soldado, en cambio, es la parte física, la que se sacrifica, la que suda y acaba dolorida. Y si una de los dos falla, no hay manera de ganar.

4 comentarios en “Los finales siempre duelen”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *